Fui de paseo a un lugar especial montada en un viejo carrusel, vi cosas impresionantes juntos a mis amigas.
Los pegasus volaban arriba de nosotros y, de un momento a otro, el carrusel comenzó a volar. Pasamos entre las nubes y el viento nos fue llevando al país donde nacen los arcoíris.
Pastando entre las nubes de este hermoso país estaban los unicornios y otras criaturas jamás antes vistas por ojos humanos, y por supuesto, que nosotras jamás pensamos ver.
De repente nos encontramos frente a un castillo, custodiado por dos centauros hermosos, esbeltos y sonrientes. Nos escoltaron hasta el interior del castillo y allí nos encontramos con una joven pareja de príncipes. Muy amables, nos dieron la bienvenida e invitaron a pasar a un salón adornado por objetos sencillos pero de una belleza sin igual. Allí nos brindaron los manjares más suculentos que hayamos probado.
Estuvimos compartiendo con ellos hasta terminada la cena, después nos dispusimos a partir. Debíamos seguir nuestro viaje.
Si este era el principio del viaje, ¿quién sabe qué cosas nos podría deparar? La aventura se abría a nuestros pasos y no podíamos negarnos.
Maribel López
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