miércoles, 7 de octubre de 2009

Cuento No. 3

El carrusel… era inmenso, en el estábamos mi hermanita Zahira, mi perrita Lila y mi amiguita Cynthia. Yo elegí el corcel blanco, era hermoso; tenía una larga cabellera y sus ojos eran del color de la miel. Mi hermanita sentía temor; así que decidió subir a uno de las carrozas. Esta también era hermosa, tenía unas cortinas lujosas y la piel de los asientos era muy suave...Aún puedo sentir esa tierna textura.

Mientras nos divertíamos al sentir la emoción de girar y girar, algo extraño ocurrió, una fuerte luz nos envolvió y de repente estábamos volando, vimos desde arriba la finca del Tío Tom y largo riachuelo de la colina Tam Tam. ¡Era algo extraordinario!

Lila no paraba de ladrar y Cynthia no podía creer lo que nos estaba sucediendo, mientras que Zahira de los nervios reía incontrolablemente. Pero evidentemente todas estábamos muy asustadas porque a mí me entraron unos temblores que hicieron que agarra muy fuerte mi corcel y mayor susto tenía al sentir que aquel corcel ya tenía vida.

Lo sorprendente no era que tuviera vida, si no que podía hablarme a través de mis pensamientos. ¡Sí! Podía entrar en mi cabeza y adivinar lo que estaba pensando y hablarme sin siquiera mover sus labios.

Estuvo compartiendo con nosotros durante aquel recorrido y nos invitó a apreciar la belleza de nuestro planeta y a preservar la misma. Nos dijo que los adultos estaban destruyendo el hábitat de muchas especies y que debíamos ayudar a los adultos a reflexionar y a cambiar sus malos hábitos destructores.

Antes de terminar nuestro viaje, nos recordó que seremos nosotros quienes viviéremos en el futuro y que si no trabajábamos por preservar nuestros recursos, el agua se agotaría, el aire estará contaminado y la tierra ya no sería un lugar en el que generaciones futuras pudieran vivir.
Al llegar se acercó a todos y nos dijo que era un paseo especial y que no debíamos decir nada a las demás personas.

Se estarán preguntando porque lo estoy compartiendo..., pues no dijo nada de escribirlo.

Islen Rodríguez

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